Apuntes biográficos/históricosDon Manuel Martín Salazar nació en Montellano (Sevilla) el 28 de octubre de 1854. Obtuvo el título de Bachiller en Artes en 1873 y el de Licenciado en Medicina y Cirugía en 1878, con numerosos premios durante sus estudios y premio extraordinario en el examen de grado en Granada.
Se doctoró el año 1885. Al año siguiente de licenciarse ingresó, mediante oposición reñida, en el Cuerpo de Sanidad Militar, desempeñando diferentes destinos en la Península. En 1893, destinado a África, intervino en diversas acciones militares en la guerra de Melilla. Años después pasó a servir en el Ejército expedicionario en la isla de Cuba. Allí permaneció varios años y desempeñó durante dos Cursos la Cátedra de Patología Médica en la Facultad de Medicina de aquella Universidad.
A su regreso fue destinado a la Academia de Sanidad Militar, donde ejerció como Profesor de Higiene Militar. Simultáneamente, desde 1898 estuvo al frente de la Sección de Sueros y Vacunas del Instituto de Higiene Militar. Cesó en él hasta el 28 de febrero de 1909, en que por concurso fue nombrado Inspector General de Sanidad Exterior, y más tarde, en 1916, fue designado Director General de Sanidad. En este alto cargo realizó una labor altamente importante, reorganizando todos los servicios de la Sanidad del país, potenciando el Instituto Nacional de Higiene de Alfonso XIII, planeando la lucha contra el paludismo, la tuberculosis, la mortalidad infantil, etc. Fue el verdadero y eficacísimo promotor de la Sanidad actual de nuestro país.
Publicista brillante, dotado de una gran cultura, produjo trabajos muy oportunos e importantes, tales como su obra sobre «La inmunidad», el folleto monográfico titulado «Los Seguros Sociales y la Sanidad Pública»; en colaboración con Fernández-Sanz, un magnífico tratado sobre «La poliomielitis», además de conferencias, discursos e intervenciones valiosas no sólo en la Academia, sino también en Congresos y reuniones dentro y fuera de España.
Prestó servicios muy valiosos tanto en su actividad militar como en los puestos sanitarios de orden civil y por ello fue condecorado ampliamente con varias Cruces de Mérito Militar por méritos de guerra, Medallas de Cuba y de Alfonso XIII, menciones honoríficas, Cruz del Profesorado y de Industrias Militares, Gran Cruz de Isabel la Católica, etcétera.
Por su porte y trato, denotaba en seguida ser un perfecto caballero y exacto cumplidor del deber, ecuánime y correcto, laborioso e inteligente.
En la Real Academia de Medicina fue declarado Académico electo en 1911, a propuesta de los numerarios Dres. Espina, Bejarano, Murillo y Tolosa-Latour para ocupar la vacante producida por fallecimiento del Dr. Laureano García Camisón. El Dr. Martín Salazar tomó posesión de su Sillón académico en sesión pública del 8 de junio de 1913 con un discurso muy interesante y tan de actualidad entonces, «La Sanidad en España, tan necesitada de estudio y de reforma transcendental», al que contestó el Académico e
Inspector General de Sanidad Interior, Dr. Eloy Bejarano. A continuación, el Presidente impuso al nuevo Académico la Medalla número 13. Quedó adscrito a la Sección de Higiene. Durante su etapa de permanencia en la Academia intervino muy frecuentemente dando frecuentes noticias sobre la reforma sanitaria, que acometió con tanto éxito.
Afectado por achaques incómodos propios de su avanzada edad, el por tantos motivos ilustre sanitario Dr. Martín Salazar entregó su alma a Dios el año 1936, seguramente apesadumbrado por la gran impresión moral del comienzo de la guerra civil.. - Fuente: 202 Biografías Académicas, Valentín Matilla Gómez, Real Academia Nacional de Medicina, Madrid, 1987.